EL SERVICIO PENTITENCIARIO INICIÓ JUNTO AL INTA UN PROYECTO PARA DESARROLLAR EL CULTIVO LOCAL DE AJO VIOLETA

Es en el marco de los programas que se llevan adelante para que los internos aprendan habilidades, trabajen y desarrollen actividades que les permitan reinsertarse socialmente.

Hoy
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El Servicio Pentitenciario inició junto al INTA un proyecto para desarrollar una variedad de ajo viable para su producción en Tierra del Fuego.

La iniciativa se da en el marco de los programas para que personas privadas de libertad adquieran conocimientos y desarrollen actividades que les permitan reinsertarse socialmente una vez cumplida su condena. 

Al respecto, el Director del Servicio Penitenciario, Ariel Ciares, comentó que “hoy nos encontramos recorriendo con personal del INTA las nuevas siembras que se están llevando adelante en el marco de un proyecto presentado por la señora Susana Aressi que tiene que ver con el ajo violeta y su producción. Conforme lo enmarca la ley, el trabajo configura para la persona privada de libertad un deber y un derecho. En este horizonte nosotros buscamos iniciativas que se puedan llevar adelante donde la persona privada de libertad aprenda y por otro lado desarrolle alguna actividad laboral que también sea productiva para sí misma, para la institución y para la sociedad”. 

“Los resultados de este tipo de propuestas siempre son positivos porque son muy bien recibidas por parte de los internos y por parte del personal penitenciario que trata de colaborar en lo que se pueda. Los internos siempre tratan de aprender más y tanto el INTA como otras instituciones colaboran con nosotros constantemente”, agregó.

Por su parte, Susana Aressi, extensionista de la Agencia de Extensión Rural del INTA Río Grande explicó que “la intención es llevar adelante una investigación para el desarrollo de una variedad de ajo violeta que sea viable para ser producida en Tierra del Fuego. Estamos haciendo junto a internos selección y clasificación de esta variedad de ajo para promover el cultivo a nivel local. Es un cultivo muy noble, a cielo abierto y no requiere muchos recursos. Está planeado que la investigación dure cinco años”.

Finalmente, Darío, interno que participa junto a otros compañeros del proyecto, expresó que “la investigación consiste en seleccionar dientes de ajo violeta que tengan una forma y un tamaño determinados, para lograr luego de varios cultivos un ajo con una morfología apta para su producción y comercialización”.

“El ajo necesita frío para crecer, por lo que nuestro clima es apto para cultivarlo. Además estamos investigando dos tipos de abono diferentes que se consiguen fácilmente acá de manera de determinar cuál es mejor. Con el paso del tiempo la intención es lograr un ajo con una forma y un tamaño apto para su comercialización. Una vez conseguido esto, podremos entregar el resultado a productores locales para que cultiven esta variedad, con un gran beneficio tanto para ellos como para la sociedad”, recalcó.

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